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Caverna de las Brujas: naturaleza e historia en el sur mendocino

Por año, este atractivo recibe a más de 10 mil turistas. Una formación natural que invita a hacer un recorrido histórico.

20 Julio de 2022

Caverna de las Brujas
Caverna de las Brujas — Twitter.

El sur mendocino esconde grandes paisajes y curiosidades en cada rincón. Uno de los más visitados es la Caverna de las Brujas, un sitio colmado de historia y leyendas. Se trata de un ambiente subterráneo, en donde yacen antiguas rocas de origen marino que albergan una enorme cavidad, cubierta con extrañas formas minerales: estalactitas, estalagmitas y columnas. Este escenario está compuesto por más de 3000 metros de galerías que se han desarrollado a través de niveles de rocas calcáreas del período Jurásico. La famosa caverna se encuentra en la localidad de Malargüe, en la provincia de Mendoza.

Aquí además, suelen encontrarse sectores o niveles con abundantes ammonites, moluscos que dominaron los ambientes marinos durante el Jurásico y Cretácico. Esta caverna recibe anualmente a más de 10 mil visitantes y se cataloga dentro del turismo aventura suave. 

Caverna de las Brujas
Caverna de las Brujas


 

¿Qué hay dentro de la caverna?

Aquí contamos con increíbles decoraciones con diferentes elementos, denominados espeleotemas. Su composición principal es la calcita y también formaciones de yeso.

Los espeleotemas principales son:

  • Estalactitas: elementos en forma de agujas que cuelgan de los techos  de las cavidades.
  • Estalagmitas: similares a las estalactitas, pero se forman en los pisos.
  • Columnas: unión de estalactitas y estalagmitas.
  • Velos: formaciones semejantes a cortinados.
Caverna de las Brujas
Caverna de las Brujas


 

¿Cómo se formó la caverna?

La formación de la Caverna ha sido explicada como producto de la circulación de corrientes de aguas subterráneas. Durante el levantamiento de la cordillera durante el período Terciario, toda la región se vio modificada, quedando la roca caliza en posición casi vertical y sumamente fisurada.

A finales del último período glacial, se habría producido una gran infiltración de agua favorecida por la alta cantidad de nieve y hielo existente (mucho mayor que la que precipita actualmente), favoreciendo la ampliación de los pasadizos y la formación de  los espeleotemas.

Los estudios arqueológicos realizados hasta el momento indicarían que la caverna habría sido utilizada por los aborígenes, para diferentes rituales o refugios temporarios.