Un emprendimiento marplatense se llevó el premio del primer Mundial del Alfajor
Se trata de "Milagros del Cielo", cuya golosina se destaca por contener un delicioso relleno de 50 gramos de mousse de licor.
08 Agosto de 2022
Este fin de semana culminó en la Ciudad de Buenos Aires el primer Campeonato Mundial del Alfajor. Esta idea llevada adelante por dos jóvenes emprendedores tuvo una gran convocatoria, en la cual participaron más de 150 empresas que se dedican a elaborar esta deliciosa golosina. El premio se lo llevó un emprendimiento marplatense, con su alfajor de mousse de licor.
"Son 22 años de trabajo, hay mucho atrás de esto. Para mí es el premio a mucho esfuerzo, estoy feliz", dijo la ganadora, Fabiana Ocaranza, al recibir el reconocimiento. Según ella, el punto fuerte de su alfajor es el relleno de 50 gramos.
Fabiana cuenta que tuvo una pista de que estaba "en carrera" cuando reconoció a su alfajor, sin envoltorio, en la última ronda de cata de los jurados, la del sábado, que excepcionalmente fue abierta al público. En esa ronda final quedaron quince finalistas, entre 350 alfajores presentados por 150 firmas, ya que cada una podía competir con más de una variedad.
“El puntaje del alfajor fue 8,18 sobre 10. Ganó por sus características organolépticas, por una masa muy húmeda, por un relleno con su justa humedad y una cubierta también correcta, aunque hubo mucha paridad”, sopesó el chef ejecutivo Cristian Ponce de León, uno de los presidentes del jurado.
El trabajo soñado
Uno de los jurados del mundial, Facundo Calabró, "inventó" un trabajo envidiable. Empezó como una suerte de afición, casi de broma, pero terminó tomando forma de oficio. Se trata de "El Catador de Alfajores": se dedica "a comer alfajores y vivir para contarlo", según se presenta. Es un éxito en las redes, una suerte de "influencer" de la golosina más popular de la Argentina. Y, por supuesto, fue jurado de este mundial.
Como experto en el tema, publicó el libro En busca del alfajor perdido (2020, Planeta). Allí desanda historias y mitos que, desde luego, encajan mucho en una idea de argentinidad. "Si desde hace por lo menos siglo y medio un alfajor surge cada día de entre los pliegues de papel aluminio, celofán o plástico de las más de doscientas marcas, entre multinacionales, nacionales y diminutos emprendimientos familiares, debe existir una historia nacional hecha de alfajores", explica el joven especialista.
